Experimento ruso del sueño
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El sueño es algo primordial y una parte fundamental en nuestra vida, es una necesidad biológica, la cual permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para nuestro rendimiento.
Para los científicos el sueño es un enigma, a lo largo de la historia siempre han intentado descubrir los misterios del sueño.
A finales de los años 40, al finalizar la II Guerra Mundial, dicen que un grupo de investigadores habrían llevado a cabo una investigación sobre el sueño un poco cruel y oscuro, conocido como Experimento Ruso del sueño.
Se trataba de emplear un gas experimental, prometía eliminar la necesidad de dormir de los seres humanos. Para probar este experimento los investigadores mantuvieron a cinco personas despiertas durante 15 días utilizando este gas como base estimulante.
Encerraron a las personas en una habitación sellada, allí los investigadores los observaban, el lugar estaba lleno de libros, mantas, pero sin camas, agua y un inodoro y comida ahumada. Había micrófonos y los observaban por una ventana opaca.
Los primeros cinco días los chicos estaban bien y hablando tranquilamente a partir del quinto día los temas de conversación empezaron a volverse más oscuras y comenzaron a quejarse.
Los chicos empezaron a mostrar sospechas unos de otros y a actuar de forma muy rara.
El noveno día, uno de ellos comenzó a gritar durante horas. Cuando se hizo el silencio, descubrieron que el hombre se había arrancado las cuerdas vocales. Muchos más tarde empezaron a gritar, otros pegaban sus heces en las paredes, de repente todo el mundo se quedó en silencio.
Después de tres días sin escuchar nada, los investigadores comprobaron si funcionaban los micrófonos, pero estaban bien.
Decidieron decirles que iban a abrir la puerta de la habitación, les dijeron que si intentaban algo les dispararían, la respuesta que recibieron fue para su sorpresa: ‘no queremos ser liberados’.
Abrieron la habitación en la medianoche del día quince, los investigadores decidieron entrar dentro de la habitación, los hombres estaban desesperados y solo cuatro de ellos seguían con vida. Vieron que la comida apenas la habían tocado, a los hombres les faltaba partes de piel y músculo de su cuerpo, se dieron que se la habían comido.
Quisieron sacarlos fuera de la habitación y ellos no querían, pedían volvieran a echar el gas experimental, comenzaron a alterarse, tanto fue, que uno de ellos se hirió durante la pelea y terminó muriendo.
Los otros tres hombres que quedaban fueron trasladados a instalaciones médicas. Solo querían el gas y decían ‘debo mantenerme despierto’.
Como no sabían qué hacer con ellos decidieron trasladarlos de nuevo a la habitación y echarles de nuevo el gas experimental, rápidamente se calmaron, sus cerebros parecían morir y revivir todo el rato.
Uno de ellos se tumbó, cerró los ojos y murió al instante.
Ya solo quedaban dos, los investigadores entraron de nuevo en la habitación y los hombres se alteraron tanto que tuvieron que disparar a uno de ellos.
Uno de los investigadores preguntó: ¿Qué sois?
El hombre que quedaba con vida le dijo: SOMOS VOSOTROS. SOMOS LA LOCURA ENCERRADA EN TODOS VOSOTROS QUE RUEGA SER LIBERADA DE VUESTRA MENTE. SOMOS DE LO QUE OS ESCONDÉIS CADA NOCHE CUANDO OS METÉIS EN LA CAMA. SOMOS LO QUE DUERMES Y SILENCIAS CUANDO TE VAS A TU CIELO NOCTURNOS. DONDE NO TE PODEMOS ALCANZAR.
Finalmente el investigador disparó contra él.