Anansi es el dios de las fabulas, conocido sobre todo por superar los obstáculos mas difíciles y derrotar a los oponentes mas duros con solo su labia y picaresca. Tuvo una vital importancia en las plantaciones de esclavos donde sus relatos ayudaban a mantener las raíces de los trabajadores y sus lecciones les enseñaban a usar la astucia para mejorar sus vidas en lo posible.
Anansi procede del folklore africano. Normalmente representado como una araña pero que puede adoptar la forma de un hombre. Es tal su importancia en varias culturas que Anansesem (literalmente “historias de araña”) es el termino por el que se llama a las fabulas en general.
La fábula original de Anansi nos cuenta que al comienzo en el mundo no había historias ya que Nyame, el Dios del Cielo las poseía todas. Asi Anansi se presentó ante Nyame y le pregunto que le costaría comprarle las historias.
Nyame le puso un alto precio, debía traerle a Onini la piton, Osebo el leopardo y a las avispas Mboro.
Decidida a lograr las tres gestas para poder traer las historias al mundo, Anansi fue primero a por la piton Onini. Asegurándose de que Onini pudiera oírla desde su morada, Anansi comenzó a comentarle en voz alta a su esposa que la gran Onini de ninguna forma podía ser tan larga como una palmera. Onini, con su orgullo herido no dudo en ofrecerse a demostrar que era aun mas larga que una palmera. Al no poderse poner completamente erguida para demostrarlo, Onini sin pensárselo dos veces acepto ser atada a lo largo de la palmera. Una vez atada, Anansi se la llevo sin problemas a Nyame.
Para atrapar al leopardo, Anansi cavo profundo agujero en su camino. El veloz Osebo no se dio cuenta del hoyo en su camino y cayó en el. Anansi aparentando que pasaba por allí de casualidad, se ofreció a ayudarle a escapar de la trampa usando sus redes. Para cuando Osebo hubo salido por completo del agujero, ya estaba completamente atrapado en las redes de Anansi. Ya sin ninguna dificultad, Anansi se lo entrego a Nyame.
Para las peligrosas avispas, Anansi lleno una calabaza de agua y se colocó una hoja sobre la cabeza. Se echo algo de agua sobre la hoja y vacío la calabaza sobre el nido, gritando que era un diluvio. Aprovechando la sorpresa de las ahora asustadas avispas, Anansi les ofreció refugio en su calabaza. Una vez dentro, sello la calabaza y se la llevo a Nyame.
Con las tres gestas completas, Nyame recompenso a Anansi nombrándole Dios de las Historias.