Necesitarás: una vela verde de cera natural y cerillas, no utilices mechero.
Cuando queden pocos minutos para que entre el año nuevo enciende la vela. Esto va a servir para alejar todo lo malo y el sufrimiento del año que dejas atrás, para renovar nuestros pensamientos y atraer la buena suerte en la salud.
Cuando la llama se esté consumiendo tienes que recitar está oración:
‘Aquí finalizo mi año, finalizo mis errores, y todo lo malo que no quiero llevar al nuevo año. Me despido de él y lo dejo estar, me despido de él y lo dejo estar, me perdono y lo perdono’ Amén.
Debes dejar que la llama siga encendida hasta que acaben las campanadas y luego apágala con una cuchara de metal.
La mayoría de nosotros ingerimos 12 uvas en la noche de fin de año para atraer la buena suerte. ¿De donde sale esta curiosa tradición?
Hay muchas versiones, una de ellas narra que un grupo de agricultores españoles en la noche del 31 de diciembre vislumbraron como su cosecha de uvas creció muchísimo más de lo normal, así que divulgaron la leyenda de que este fruto traía buena suerte.
Otra versión cuenta una historia bastante interesante. A finales del siglo XIX, José Abascal, alcalde de Madrid decidió cobrar por ver pasar a los Reyes Magos, así que el pueblo en represalia a ese acto se agolpo en la Puerta del Sol para comer uvas, un fruto que por aquel entonces, solo estaba al alcance de la clase alta.
Ahora bien, por qué tienen que ser 12 es un misterio, algunos opinan que es una uva por cada mes del año, otros dicen que es por las 12 campanadas que emite la Iglesia Católica cuando pasamos a un nuevo año.