El empleo de los colores permitirá dirigir la energía hacia
donde se necesita, de manera que se hará uso de los mismos en función de la
energía que se quiera favorecer, eliminar o equilibrar: Algunos ejemplos son:
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El color rojo, se utiliza para centrar la atención en
determinados puntos. Se dice que es útil para quienes tienen depresión.
Representa pasión, vitalidad, sexualidad. Aconsejado para negocios aunque su
exceso puede provocar agresividad.
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El color
negro, es un color que absorbe la luz que recibe y está vinculado al
misterio. Se aconseja utilizarlo en detalles. Representa formalidad, protección
y autosuficiencia. En exceso puede dar lugar a indiferencia e incluso
depresión.
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El color blanco
simboliza pureza, paz, creatividad. Los lugares más adecuados para usar
este color son las habitaciones y sobre todo en la cocina. Un exceso de color
blanco ocasiona distanciamiento a nivel afectivo.
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El color rosa, ayuda a la relajación. Representa
amor y ternura. Se aconseja para el dormitorio de la pareja.
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El color verde, se asocia
a la naturaleza y también a la esperanza e inocencia y se puede emplear en
lugares de descanso o en el comedor aunque en exceso da lugar a que se cree una
distancia afectiva y a bloquear la empatía.
En la decoración habrá que buscar el equilibrio
y la armonía de forma que no se trata de cambiar el color de las habitaciones
de nuestro hogar de un día para otro, se puede ir haciendo de forma gradual introduciendo
elementos o detalles poco a poco permitiendo así la adaptación de los
individuos y la comprobación de que efectivamente les resultan positivos o
beneficiosos a su energía.
