El Zen es un método budista cuyo objetivo es alcanzar una
comprensión concreta y práctica de la realidad cotidiana. Esta doctrina se basa en una serie de
principios que se transmiten a través de un modo de vida que consiste en evitar
los extremos. Los extremos son el
abandono a los placeres por un lado, y la agonía de las austeridades, por el
otro.
La doctrina Zen persigue los siguientes objetivos:
* Poder apreciar la realidad concreta tal como es.
* Librarse de los mandatos
preconcebidos.
* Encontrarse en la
riqueza del vacío.
* Despertar el sentido innato de la existencia.
* Sentir la realidad cotidiana de forma objetiva, tal como
es, y no como nos gustaría que fuera.
* La recuperación de la naturalidad y la candidez.
* Encontrarlo todo al perderlo todo.
El camino del cielo y del infierno
Un guerrero de fama y de fuerte carácter, luego de recorrer un largo camino, se dirige
a una lejana montaña, vivienda de un solitario y sabio maestro del budismo.
Cuando llega a la morada del sabio luego de una agotadora
jornada saluda respetuosamente al monje, el cual guarda silencio sin moverse de
su posición.
Luego le dice: He venido hasta aquí desde muy lejos para
hacerle una consulta: – ¿Cuál es el camino hacia el cielo y el infierno?
El monje inmutable mantuvo el silencio sin mirarlo siquiera.
El guerrero algo irritado lo increpa diciendo:
-¡He subido esta inclinada montaña, he recorrido un largo
camino en busca de sabiduría y quiero que me responda ¿cuál es el camino entre
el cielo y el infierno?
El monje no mostró siquiera un cambio de actitud, como si
fuera una estatua.
El guerrero reaccionó indignado e irritable diciendo:
-¡He hecho un gran esfuerzo por estar aquí, no permitiré que
me falte así el respeto! y levantó su espada con la intención de matarlo.
En ese momento el monje levanta su mano indicando con su
dedo índice al guerrero y exclama con voz firme: ¡Ese es el camino del
infierno!
Sorprendido y avergonzado el guerrero envaina lentamente
espada. El monje con voz tranquila le dice: ¡Ese es el camino del cielo!