-Descubre el lado positivo: te enseña a mejorar tus decisiones: tal vez no hayas escogido la ruta correcta y te ayude a tomar un mejor camino.
Fortalece tu autoestima, al verte capaz de superar tus miedos.
Te muestra áreas de mejora que no hubieras visto de otro modo.
Te sentirás libre para avanzar en la dirección de tus sueños.
-Piensa en personas que admires profundamente: todas las grandes personas han tenido grandes rechazos. No existe nadie en el mundo que no haya sido rechazado alguna vez. ¿Sientes que esas personas son menos admirables al saber que han sido rechazadas? ¡En absoluto! Por el contrario, esas personas han llegado a ser admirables porque han superado el miedo al rechazo y la incomodidad que supone, y lo han utilizado como un factor motivante para actuar con independencia de las situaciones. Porque el rechazo no depende de la calidad de la persona rechazada, sino de las circunstancias personales y de la forma de ver el mundo que tiene el que rechaza. No es nada personal.
-Aprovéchalo para crecer: tenemos miedo a ser rechazados porque desconocemos los grandes aprendizajes que nos aportan los retos, sobre todo aquellos que consideramos “difíciles”. Aprovecha esa emoción de temor para pararte a analizar tus puntos fuertes y conviértela en un sentimiento positivo que te impulse a crecer. Date cuenta de todo lo que realmente vales y de que tu miedo no es otra cosa que el impulso que necesitas en ese momento para evolucionar.
-Pregúntate: ¿qué pasa si te rechazan? ¡Nada! No importa en absoluto. Lo único realmente relevante para nuestra vida son las consecuencias de no superar el propio miedo al rechazo.
