No pensé. Simplemente actué. Sentí que tenía que dejarme llevar y no temí las consecuencias. Todo me parecía bien, seguro. ¿Por qué tendría que repetirse la historia? Con él, todo me parecía lo suficientemente bueno para apostar y arriesgar. Todo fue demasiado rápido, ahora lo sé. No me conocía, no le conocía. No lo suficiente. ¿Pero a quien le importó eso? Todos me decían que me estaba metiendo en un buen lío, que me iba a costar salir de ahí. Pero para mí todo parecía ir a una velocidad natural. No era así, era como si lo viese por la luna delantera del...
- martes, diciembre 08, 2015
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