La envida, el odio, los celos, o el deseo intenso que se
despierta en alguien que se siente herido o despreciado por nosotros, muchas
veces sin motivo, y sobre todo nuestra
propia inseguridad, consiguen en muchas ocasiones unos efectos destructivos más
allá de lo que podría ser casualidad.
Los ojos, son el contacto por donde se expresan esos
sentimientos, de ahí viene el nombre que damos a esta agresión.
Hay personas más sensibles o menos protegidas que otras que pueden acusar esas agresiones con síntomas
muy claros.
Ciertos síntomas son indicativos de mal de ojo provocado
- Insomnio.
- Pesadillas y sueños negativos repetitivos.
- Sobresaltos durante el sueño (se despiertan con sensación de azoramiento, aturdimiento y/o agobio).
- Pesadez y opresión en el pecho, ya sea dormido o despierto.
- Presión en la garganta por un sueño ocurrido en las últimas horas de la noche. Siempre en este caso el despertar es sobresaltado.
- Tensión nerviosa. Estado de nerviosismo y ansiedad generalizada; aunque hay que tener en cuenta que debe concurrir algún otro síntoma.
- Falta de energía. La persona se encuentra en un estado de energía bajísimo, habitualmente cansado y agotado.
- Depresión.
- Mareos.
- Mente confusa. Muestras de no comprender cosas simples, muchos olvidos. Pérdida de memoria.
- Náuseas, vómitos y falta de apetito.
- Inapetencia sexual.
No hay que olvidar que el hecho de que todos tengamos uno o
dos de estos síntomas no significa que estemos afectados por el mal de ojo. La
presencia de alguna de estas molestias
no es señal inequívoca de que tengamos mal de ojo.
