El deseo de conocer el futuro es tan antiguo como la raza humana. Saber si llovería o no, para salvar las cosechas, o cuál sería el resultado de alguna batalla, era importantísimo para nuestros antepasados. Aunque las preguntas que formulamos en la actualidad, ya sea a los oráculos o a videntes han variado a las de aquella época, pero la motivación sigue siendo la misma, aclarar una situación que nos preocupa, adaptar o tomar el camino correcto ante ciertas circunstancias o simplemente una ojeada a lo que nos deparará mañana. Lo cierto es que a pesar de los avances científicos y tecnológicos, la...
- viernes, septiembre 22, 2017
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