Místicos, magos, wiccanos y neopaganos de todas las tendencias identifican su práctica con la figura del pentagrama. Pero, es poco probable que algún grupo haya incorporado el pentagrama en sus trabajos y rituales tanto como la Orden Hermética de la Aurora Dorada. Se trata de una organización esotérica en la que se estudia y practica magia, cábala y alquimia, la cual fue fundada en Londres en 1888 por William Wynn Westcott, Samuel MacGregor Mathers y William Robert Woodman. El pentagrama no solo desempeña un papel esencial en el funcionamiento práctico de esta tradición, esotérica, sino que también se utiliza para clasificar todos los aspectos de la Magia de la Aurora Dorada.
Se dice a menudo que el pentagrama, o estrella de cinco puntas, el símbolo más conocido de la magia, se parece a la figura de un ser humano; el punto superior corresponde a la cabeza, mientras que los cuatro puntos restantes coinciden con los brazos y piernas estirados. Las patas de nuestro arquetipo de "pentagrama" son las extremidades fuertes del Fuego y la Tierra, las dos extremidades que sostienen y equilibran la figura, manteniéndola erguida. Como el pentagrama en sí se atribuye al quinto elemento del Espíritu que gobierna los elementos inferiores del Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra, el pentagrama ilustra la importancia de que el elemento etéreo corone y complete los elementos corporales inferiores. En otras palabras, el Espíritu sobre la materia, nunca al revés. Para voltear el pentagrama "en su cabeza" permitiría que la materia reine sobre el espíritu, y que la figura pierda su equilibrio y estabilidad inherentes. En términos de la psique humana, el Espíritu representa una mayor conciencia, que siempre debe guiar nuestras acciones.
El espíritu es el elemento más estrechamente identificado con la práctica de la magia, ya que la magia se describe a menudo como una ciencia espiritual. La palabra "espíritu" viene del latín
spiritus, que significa "aliento", que indica que la Esencia Divina que anima todo en nuestro universo es la fuerza vital por excelencia de nuestro mundo. Como se afirma en el Ritual para iniciados de la Aurora Dorada, "el aliento es la evidencia de la vida". La Divinidad Última, la Fuente Sagrada de Todos, es tan indispensable para la vida humana como el aire que respiramos. La Deidad impregna cada parte de nuestro entorno, desde las estrellas más grandes hasta los átomos más pequeños. Trasciende los cuatro elementos básicos y hace que la totalidad del pentagrama sea mayor que la suma de sus partes.
Aunque el símbolo del pentagrama data de la antigüedad, la Orden Hermética de la Aurora Dorada introdujo la disposición de los cinco elementos en los cinco puntos de la figura en su forma actual. Los practicantes de varias tradiciones de magia ceremonial comúnmente emplean este arreglo de pentagramas en su trabajo ritual. Además, los pentagramas individuales que la Aurora Dorada desarrolló para invocar las energías separadas y específicas del Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra también han sido adoptados por los magos modernos. Estos cuatro elementos básicos no son simplemente sustancias físicas, sino más bien energías y divisiones arquetípicas de la naturaleza.
Representan las categorías básicas de existencia y acción, así como los componentes básicos de todo en el cosmos. En la magia, las energías elementales se utilizan para efectuar cambios en los reinos físico y astral. Invocar un elemento implica mucho más que simplemente agitar una varita en el aire para trazar la figura de un pentagrama. Requiere práctica para adquirir habilidad en las habilidades mágicas de visualización enfocada, memorización de atributos y correspondencias, proyección de fuerza de voluntad, claridad de intención, movimiento de energía, vibración efectiva de los santos nombres y palabras de poder, y otros dones. Cuando un mago experimentado traza un pentagrama en el aire, se crea un portal entre el mundo físico y el reino invisible del elemento en cuestión. Sin embargo, la mecánica de dibujar un pentagrama elemental es simple: para invocar un elemento, el mago traza una línea hacia su punto correspondiente en el pentagrama. Para desterrar o descartar el elemento, la línea se invierte, alejándose del punto elemental.