Cuando comenzamos a montar belenes

jueves, diciembre 21, 2017, by Sula


El primer belén aparece en una leyenda: en la noche del 24 de diciembre de 1223, san Francisco de Asís organiza en una cueva del pueblo de Greccio un belén viviente y la figura del niño acaba por convertirse en el verdadero Jesús. Este milagro fue plasmado por Giotto a finales del siglo XIII en uno de los frescos más famosos de la historia del arte, que puede contemplarse en la Basílica Mayor en Asís.
Para el relato de la historia de los belenes hemos recurrido a la erudición de Antonio Basanta, vicepresidente y patrono de la Fundación Sánchez Ruipérez, pero, sobre todo, dueño, junto a su esposa, Teresa Martín, de una de las mayores colecciones del mundo. La colección Basanta-Martín se compone de 25.000 piezas, 4.000 conjuntos de belenes, todos realizados por artesanos en activo. “Es un fenómeno universal, indisociable de la cultura española”, explica Basanta, que acaba de publicar el ensayo Leer contra la nada. “Para organizar su belén, San Francisco tiene que pedir una dispensa papal, porque Roma los había prohibido en el siglo XIII ya que a través de los pastores se colaban elementos paganos. Eso quiere decir que es un fenómeno que ya existía antes”, explica Basanta.
El belén más antiguo de España se encuentra expuesto en una capilla de la Iglesia de La Sang de Palma de Mallorca y es de 1480, obra de los hermanos Alamanno. Desde Murcia hasta Nápoles, pasando por Barcelona o por la plaza Mayor de Madrid, los belenes ocupan un espacio enorme en nuestro imaginario colectivo. En las calles del casco histórico de Nápoles pueden comprarse figuras de Berlusconi o Maradona, santificadas en cierta medida a través de su conversión en barro, y en los mercados de Cataluña los famosos cagané —que, explica Basanta, provienen de la Edad Media y simbolizan el abono de la tierra— se encarnan en los personajes de la temporada. Este año, inevitablemente, se han agotado los Puigdemont y Josep Lluís Trapero. De nuevo, lo celestial y lo terrenal se funden en unas fiestas que resumen una parte importante del camino largo e inagotable de la relación humana con lo divino.

3 comentarios

  1. me encanta los belenes, me recuerdan a esos dias de familia, jugando con los primos que venian desde lejos a pasar la navidad, recuerdo cuando mi abuela nos regañaba por descolocarla las figuritas del belen¡¡¡¡ gracias a todos los profesionales que trbajan en esta linea que es muy economica¡¡¡¡ feliz navidad a todos

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  2. ooohhh 25 mil piezas, de pensar donde las guarda durante todo el año....madre mia, yo opino lo mismo hay belenes dignos de ver¡¡¡¡

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