EJERCICIOS PARA SUPERAR LA TIMIDEZ
domingo, mayo 07, 2017, by Sula
La timidez es un mal que aqueja a miles de personas, sin
distinción de clase social, edad o sexo. Si ésta le ha traído problemas en el
desarrollo de sus vínculos sociales, ¿no le parece que ya es momento de
superar?
Se supone que la timidez se desarrolla durante la segunda y
tercera infancia, entre los cinco y siete años. Pero allí no termina todo sino
que, a menos que se revierta con algún tratamiento específico y mucha voluntad,
comienza una especie de calvario para muchos que llegan con ese síntoma a la
adultez.
Las actitudes más habituales de tímidas y tímidos son cierta
tendencia al aislamiento, a no expresarse, a evitar las reuniones o eventos en
donde pueden ser requeridos para hablar, bailar o jugar. Simplemente participar
es lo que les provoca aversión. Es un temor continuo a no estar a la altura de
las circunstancias, a realizar comentarios inadecuados con el consecuente
rechazo o burla por parte del entorno.
Desconfían de su capacidad y restan valor a sus aptitudes. Es una especie de
fobia atenuada que debe ser tratada para destrabar las potencialidades que
tiene cada individuo y que, en este caso, sólo por fantasías o miedos
infundados, provocan el sufrimiento y entorpecen el desenvolvimiento y
crecimiento social.
Aquí les sugerimos algunos ejercicios para superar la
timidez, con la certeza que, como todo en la vida, el éxito requiere de
perseverancia, esfuerzo y todo eso, ¡depende de usted!
Pedir ayuda a los amigos y a la familia: sea sincero con
ellos, no oculte ni disimule su dificultad.
Nadie mejor que sus seres queridos para alentarlo y apoyarlo en las
salidas grupales y en las situaciones que para usted resultan traumáticas. Tampoco es necesario que su malestar sea vox
populi o que todos sepan de su padecer pero elija con quién o quiénes
sincerarse y recurra a su auxilio en los momentos de mayor tensión o duda.
Seguro que no lo defraudarán y serán los aliados indiscutidos para su
superación.
Hacer terapia: puede elegir las líneas de intervención que
usted prefiera y se sienta más cómodo, psicoanalítica, conductista, psicodrama,
gestáltica, etc. Elija un profesional de su confianza, tal vez alguien cercano
se lo puede recomendar y ¡comience ya! Pero no espere resultados inmediatos,
tómelo con paciencia y piense que lo que demoró mucho tiempo en tratarse no
puede revertirse de un día para otro. Es un buen momento para pensar en usted y
darse la oportunidad de disfrutar de esas situaciones que, hasta el momento, se
evitan en lugar de disfrutarse.
Acudir al arte: descubra qué rama artística le puede gustar.
Tal vez nunca se planteó qué podría estudiar por el temor a mostrarse, a
expresarse y fundamentalmente, a la crítica. No importa que nunca lo haya
hecho. Siempre hay cerca algún instituto para dar los primeros pasos en algún
tipo de danza, teatro, escritura, tejido, dibujo, pintura, fotografía,
dramaturgia, origami o cualquier otra disciplina que siempre soñó y a la que
nunca se atrevió. No postergue más la decisión, usted se lo merece.
Usar amuletos: recurra a algún elemento que le brinde la
confianza que usted no se tiene a sí mismo y que lo haga sentir seguro. Debe
ser algo que le resulte entrañable, un regalo familiar, un recuerdo querido y
la diversidad es inconmensurable: un anillo, un peluche, un pañuelo, una
estampita, una foto, una cruz, un llavero, un botón. Elija su objeto de la
suerte y llévelo en el bolsillo, en la cartera, en la guantera, en la mochila y
hasta abrochado en su ropa. ¡Todo vale para tan noble fin!
Comer o beber: las comidas y las bebidas tienen un poder
evocador y también son una pequeña excusa no sólo para interactuar sino también
para darse confianza, generar un momento de placer y promover la seguridad y el
bienestar personal. Algunos elegirán algún producto salado y otros dulces. No
es eso lo más importante. Las golosinas, a modo de ejemplo, chicles, caramelos,
pastillas, tienen la ventaja de ser fáciles de transportar y consumir. Para
aquellos que prefieren las bebidas, sin duda que las de efecto más
desinhibitorio son las que tienen alguna graduación alcohólica. Todo vale en su
justa medida. Es bien conocido que muchos célebres hombres de la cultura, con
grandes dificultades para afrontar las exhibiciones públicas, apelaron a esta
herramienta para atravesar los primeros momentos de una conferencia o
disertación.
Vencer los prejuicios: la mayor dificultad a vencer es usted
mismo. Teniendo esto bien presente, olvídese del qué dirán, del temor al
ridículo, a la inadecuación. ¡Es mentira que no se vuelve del ridículo! Es sólo
una frase hecha. Esos pensamientos sólo lo llevan a impedir su despegue. Son
sólo sus propios fantasmas que lo alejan de sus anhelos. Sea tolerante, todo se
mejora con la práctica pero no lo evite, olvide su miedo crónico. No sea rígido ni exigente en su autoevaluación,
pierda su cautela, arriesgue y no piense: ¡actúe! No importa el resultado,
hágalo igual y ¡el éxito será suyo!
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