Es el centro de la naturaleza animal en el hombre. La frontera entre el Ser mortal y el Ser inmortal. Kama en si no es ni malo, ni bueno; es incoloro, son las decisiones que tome el hombre lo que le dará su tinte.

Las malas lenguas dirán que de todas formas nos hubiéramos podido pasar de un cuerpo a cuerpo que nos atormenta con las pasiones y las tentaciones. Y que el creador es medio sádico con los humanos al haberlo elaborado.

La verdad es que Kama es una etapa indispensable en la creación y la formación del cuerpo físico. Y para que manas (el mental) pueda influir sobre el cuerpo físico necesita de Kama.

La razón por la que actualmente Kama atormenta con las pasiones, es porque los humanos todavía no están suficientemente evolucionados. Y todavía se dejan dominar por su naturaleza animal, herencia de cuando estaban en el reino animal en ciclos cósmicos anteriores.

Kama seguirá (al igual que los otros cuerpos) desarrollándose y purificándose en el transcurso de las innumerables reencarnaciones, hasta que se vuelva un espejo que refleje la voluntad divina.

Kama tiene una razón de ser en el plano divino. El deseo tiene una connotación negativa, pero en realidad es un impulso. Es la fuerza que impulsa a la acción. Ya que para que una acción se realice, es necesario que antes haya el deseo por cumplir esa acción.

Por ejemplo, el artista antes de hacer una obra de arte, primero desea crearla. Lo mismo pasa a un nivel divino; antes que el creador cree un sistema solar, primero va a desear crearlo.

Contrario al cuerpo astral, Kama no puede separarse del cuerpo físico mientras que este viva. Kama es intermolecular, correspondiendo molécula por molécula con el cuerpo físico. Así es que es una forma, y a la vez no es una forma; es una forma dentro del cuerpo físico, pero incapaz de ser proyectada afuera como una forma. Un buen ejemplo para ilustrarlo es la sangre, ya que mientras esta se encuentra dentro del cuerpo físico, llenando cada porción de este a través de los vasos sanguíneos, toma la figura de este y tiene forma, pero en condiciones normales no puede salir del cuerpo. Y en la imaginaria idea que pudiera proyectarse afuera de éste, se derramaría.